miércoles, 20 de abril de 2016

ARMANDO REVERON ( LA CUEVA )


Es considerado el mejor pintor Venezolano de la primera del Siglo XX, se intereso profundamente por la acción de la luz sobre las formas.
Entusiasta del impresionismo francés, su pintura evolucionó a la abstracción y el simbolismo. Los temas preferidos fueron el paisaje y el desnudo femenino.

En 1908 ingresa en la Academia de Bellas Artes de Caracas, donde permanece tres años y tiene por compañeros a Rafael Monasterio, Manuel Cabré y Antonio Edmundo Monsanto, a esta etapa formativa corresponden temas religiosos, paisajes y naturalezas muertas, influenciadas por Arturo Michelena (Josefina en el jardín, 1909). Gracias a una beca, en 1911 viaja a España e ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, coincidiendo de nuevo con Rafael Monasterio.
En 1914 se traslada a París, allí permanece unos meses y tras una corta estancia en Barcelona, vuelve definitivamente a Venezuela un año más tarde. Allí se integra en el Círculo de Bellas Artes y abandona el rigor académico, ante el entusiasmo que despierta el impresionismo en él.Su traslado a La Guaira, en 1917, donde conoce a su modelo y compañera de vida, Juanita Ríos, será definitivo para su carrera de artista, en la que se distinguen tres periodos: el período azul, el blanco y el sepia.En 1919 inicia el llamado periodo azul, en el que su obra, inmersa en una atmósfera sensual y misteriosa, está dominada por el azul profundo de su paleta y una factura espesa. De este período se extrae el cuadro que les presentamos a continuación.

Nombre: La Cueva
Autor: Armando Reverón

Año: 1920

Material: Óleo sobre tela.

Medidas: 104 x 157 cm.

Museo: Colección privada. Venezuela

lunes, 18 de abril de 2016

Murales Anónimos


http://www.elimpulso.com/noticias/regionales/uptaeb-rehabilito-espacios-fisicos

César Rengifo (El Mito de Amalivaca)


Interpretación del Colectivo Muralista Armando Reverón

Nació en Caracas en 1915. Falleció en esta misma ciudad en 1980. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Caracas entre 1930 y 1935. Dentro del proceso de reforma de esa institución fue enviado a Chile en 1936 por el Ministerio de Educación para estudiar técnica y enseñanza de las artes plásticas y artes aplicadas. Después permaneció en México desde 1937 hasta 1938, donde se aplicó al estudio de la pintura mural en la Academia de San Carlos y Escuela La Esmeralda. En 1939 hizo un curso de artes gráficas en la reformada Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas. Además de pintor, Rengifo fue dramaturgo, poeta, periodista y promotor cultural. En su gestión como director de Cultura de la Universidad de Los Andes, fundó en 1959 la Escuela de Artes Plásticas de Mérida. En 1954 obtuvo el Premio Nacional de Pintura y también el Premio Arturo Michelena, en el Salón Oficial y en el Salón Arturo Michelena, de Valencia, respectivamente. Recibió, asimismo, los galardones Andrés Pérez Mujica y Antonio Esteban Frías en el primero de los salones mencionados. En 1955 realizó el mural en mosaico titulado El mito de Amalivaca en el Centro Simón Bolívar, Caracas. En 1973 concluyó el mural Creadores de la Nacionalidad en el Paseo de Los Próceres, Caracas. Principales exposiciones individuales: Club Caracas, 1938; Nueva York, EE UU, 1947; MBA, 1949; Galería Acquavella, 1980. En 1974 se efectuó una exposición retrospectiva de su obra en el Palacio de las Industrias, Pro-Venezuela, Caracas.

Autor: César Rengifo
Obra: El Mito de Amalivaca.
Técnica: Mural en Mosaico.
Año: 1.954.
Ubicación: Centro Simón Bolívar El Silencio Caracas-Venezuela

Oswaldo Guayasamin (Rostros del Soberano con Bolívar)

Interpretación libre Rodrigo Rodríguez 

Oswaldo Guayasamín nace el 6 de Julio de 1919, en Quito, Ecuador. Fue el mayor de 10 hermanos, hijos de una familia humilde. Su padre, de descendencia indígena, se llamó José Miguel Guayasamín y trabajó primero como tractorista y luego como chofer de taxi. Su madre, Dolores Calero, de descendencia mestiza se dedicó siempre al hogar y a sus hijos.

Su madre muere a los 46 años de una vida de privaciones y pobreza que dejan una profunda huella en un niño de tanta sensibilidad. A sus siete años Oswaldo ya rebela su vocación artística y pinta sus primeras obras, desvelándose por encontrar un lenguaje propio, utilizando leche que le cedía su madre, alimento de su hermano recién nacido, para disolver las pastillas de acuarela.

Sin embargo su vida académica fue complicada. Fue expulsado de seis colegios por “falta de talento” y mientras su padre lo forzaba para que fuese un chico normal, como sus hermanos, que estudiaban una profesión, Guayasamín estudia el rostro -en serio y en broma- de sus maestros que lo sacaban de clase por la ofensa de caricaturizarlos, uno de ellos llegó a decirle «hazte zapatero... porque no sirves para nada». Excepto para pintar.

Con desilusión de parte de su padre, que pierde un doctor en algo, entra en 1933 a la Escuela de Bellas Artes y allí también choca con los moldes y las tradiciones pero pronto es el alumno más destacado y al mismo tiempo el mejor maestro. Sus cuadros impactan a todos cuantos los ven.

Su primer encuentro con la crueldad de la vida, el azote de la violencia y la injusticia de los asesinatos, que le llena de ira y rebeldía el corazón, se plasma en el cuadro que titula "Los Niños Muertos" que recoge la brutal escena de un grupo de cadáveres amontonados en una calle de Quito, entre los que consta un chico de su barrio, su mejor amigo, de apellido Manjarrés, asesinado por una bala perdida.

Desde entonces asume una posición, frente a las crueldades e injusticias de una sociedad que discrimina a los pobres, a los indios, a los negros, a los débiles.
Su nombre y ascendencia indígena, la pobreza de su infancia, el asesinato de su amigo, la crisis agobiante de los años 30, la Revolución Mexicana, la Guerra Civil española, y todo lo que va sucediendo en el mundo le hacen ver y sentir una realidad que se agudiza con el paso del tiempo y frente a la cuál asume una actitud ideológica que se refleja en su concepción plástica y su actitud política.

En 1940 se gradúa de pintor y escultor en la Escuela de Bellas Artes y en 1942 gana sus dos primeros premios, uno, en el Salón Mariano Aguilera. Y el segundo, en 1956, su cuadro “El Ataúd Blanco” gana el Gran Premio de Pintura de la III Bienal Hispano-Americana de Arte.

En 1957 gana también el Primer Premio de la Bienal de Sao Paulo, y a estos se unirían en el futuro, otros premios de reconocimiento internacional.

A su primera exposición asiste Nelson Rockefeller, en ese entonces encargado de Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Queda impresionado con el trabajo de Guayasamín, le compra 5 cuadros y poco después gestiona una invitación para que el pintor visite y exponga en Estados Unidos por 7 meses, tiempo que Guayasamín aprovecha para visitar todos los museos posibles en el país anglosajón y conocer el trabajo de artistas de nivel mundial como El Greco, Goya, Velásquez, Picasso, Renault, Orozco, etc.

Con el dinero ahorrado durante ese tiempo en Estados Unidos, Oswaldo viaja a México con el objetivo de conocer a Orozco a quien admiraba profundamente, durante su visita conoce también a Diego Rivera y de ambos aprende la técnica de pintar al fresco. En ese viaje entabla amistad con el poeta chileno Pablo Neruda.

En 1945 emprende un viaje desde México hasta la Patagonia, recorriendo de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, haciendo apuntes y dibujos para la que será su primera serie de 103 cuadros, denominada "HUACAYÑAN", que en quechua (una de las lenguas aborígenes de Ecuador), significa "El Camino del Llanto". Esta serie relata la miseria y sufrimiento que Guayasamín vio en los pueblos aborígenes de América Latina durante ese viaje.

A lo largo de su vida viaja a varios sitios en el mundo como China, India, URSS, Egipto, Grecia, y toda Europa, pero especialmente a Cuba, donde germina una gran amistad con Fidel Castro, al que pintó varios retratos.

Aunque nunca se afilia a partido político alguno, siempre milita en las causas de solidaridad con los pueblos oprimidos, en la lucha por la integración latinoamericana, contra las dictaduras, contra los abusos y agresiones de los países poderosos e imperialistas; por la Paz.

En 1961 empieza su segunda serie, “La Edad de la Ira”, con la cual quería mostrar los lugares y hechos que se convirtieron en mataderos de la humanidad durante el siglo XX, como fueron los campos de concentración nazis, la guerra civil española, las dictaduras en América Latina, las bombas de Hiroshima y Nagasaki, las invación a Playa Girón en Cuba, entre otros. Esta serie, decía, - quedará inevitablemente inconclusa, puesto que es parte de un proceso histórico todavía en marcha.

En 1976 crea junto con sus hijos la Fundación Guayasamín, y a través de ella dona al Ecuador todo su patrimonio artístico, con el que organiza tres museos: Arte Precolombino (más de 2.000 piezas), Arte Colonial (más de 500 piezas) y Arte Contemporáneo (con más de 250 obras). En este último se exhiben los cuadros pertenecientes a la Edad de la Ira, la cual fue donada en su totalidad para evitar que se dividiera, como pasó con Huacayñán.

A partir de los años 80 empieza una nueva serie: Mientras Viva Siempre te Recuerdo, también conocida como la Edad de la Ternura o simplemente La Ternura, en homenaje a su madre, la cual da un giro esencial a los trabajos de Guayasamín. Es una declaración de amor a su madre, quien lo apoyó desde el principio a ser pintor, un “homenaje a la mujer de la tierra, una defensa de la vida, la defensa de los Derechos Humanos”.

Realizó exposiciones monumentales -más de 200 individuales- en los museos más importantes de Francia, España, Italia, la ex-URSS, Polonia, Checoslovaquia, Bulgaria, México, Cuba, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Argentina, etc. Pintó a grandes personajes contemporáneos, escritores, artistas, políticos, estadistas. Entre ellos se destacan Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda, Juan Rulfo, Gabriela Mistral, Fidel Castro, Benjamín Carrión, Gabriel García Márquez, Ernesto Cardenal, Danielle y Françoise Mitterrand, el Rey Juan Carlos de España, la Princesa Carolina de Mónaco y muchos otros como para llenar un libro. Este libro, en efecto, existe.

Los críticos y coleccionistas, los personajes mundiales, consideran que la fecunda y personalísima obra de Guayasamín -cuya identidad es universal e inconfundible- trascenderá porque en ella está reflejada, con ira y con ternura, la imagen de «EL TIEMPO QUE ME HA TOCADO VIVIR», como decía el propio Guayasamín en un libro editado por el Instituto de Cooperación Iberoamericano de España.

A partir de 1996 inicia en Quito su obra más importante, el espacio arquitectónico denominado "La Capilla del Hombre" como un homenaje al ser humano, especialmente al pueblo latinoamericano con su sufrimiento, luchas y logros, pasando por el mundo precolombino, la conquista, la colonia y el mestizaje.

Oswaldo Guayasamín fallece el 10 de marzo de 1999, aún sin ver finalizada su obra máxima, La Capilla del Hombre, cuya primera fase se inauguró en el 2002. Este proyecto fue declarado por la UNESCO como "prioritario para la Cultura" y fue ejecutada con aportes de entidades de Ecuador, Chile, Bolivia, Venezuela y con la solidaridad de artistas -cantantes y pintores- de Hispanoamérica con la donación de obras y la realización de festivales musicales.

Sus cenizas descansan bajo el denominado “Árbol de la Vida”, un árbol de pino plantado por el mismo Guayasamín en la casa en que vivió sus últimos 20 años, dentro de una vasija de barro.

Autor: Rodrigo Rodríguez.
Obra: Rostros del Soberano con Bolívar.
Técnica: Serigrafía
Medidas: 53 cm. x 74.3 cm.
Año: 2015.
Ubicación: UPTAEB-Venezuela

David Alfaro Siqueiros El petróleo, la tierra como el agua y la industria nos forja y nos pertenece.

Interpretación del Colectivo muralista Armando Reverón

Nació el 29 de diciembre de 1896 en Santa Rosalía (hoy Ciudad Camargo), Chihuahua (México).
Cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de México y en la escuela de Santa Anita de esta ciudad.
En 1914 se incorporó a la Revolución Mexicana alcanzando el grado de coronel en el Ejército Constitucionalista. 
Tomó parte en el renacimiento de la pintura al fresco efectuada bajo el patrocinio gubernamental de las decoraciones murales en edificios públicos.
Fue uno de los tres grandes del muralismo mexicano junto con José Clemente Orozco y Diego Rivera.
Residió en París, Barcelona y Estados Unidos. En 1921 publicó en Barcelona un único número de la revista Vida Americana, que contenía su "Manifiesto para los artistas de América", en el que exponía sus ideas sobre el muralismo. A su regreso, organizó el sindicato de pintores, escultores y grabadores revolucionarios. El gobierno le encargó los primeros grandes murales, el primero de los cuales no pudo terminar, debido a una huelga estudiantil.

Autor: David Alfaro Siqueiros
Año: 1959  
Título: El petróleo, la tierra como el agua y la industria nos forja y nos pertenece.
Medidas:  Díptico de 3.3 metros de alto por 8.04 de ancho.

Diego Rivera (El Cargador de Flores)


Interpretación del colectivo Muralista Aramndo Reverón

Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez(Pintor mexicano)

Nació el 8 de diciembre de 1886 con su gemelo Carlos María en Guanajuato.
Hijo de Diego Rivera y María del Pilar Barrientos. Un año y medio después de nacido, murió su hermano, mientras él padecía raquitismo.
En 1892 se traslado a la Ciudad de México con su familia. 
Estudio en la academia de San Carlos y en el taller del grabador José Guadalupe Posada, cuya influencia fue decisiva. En la Academia de 1896 a 1902, donde tomó clases con Santiago Rebull, Salomé Piña, Félix Parra, José María Velasco y Antonio Fabrés, la cual abandonó a los 16 años de edad debido -según sus propias palabras- a que el sistema de enseñanza de pintura sólo estaba dirigida a la reproducción fiel de los objetos. De 1907 a 1921 estudió pintura en Europa.
En 1921 regresó a México donde participó en el renacimiento de la pintura mural iniciado por otros artistas y patrocinado por el gobierno. En México su primer mural fue "La creación" (1922), destinado al anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria. Ese mismo año, el pintor fue uno de los organizadores de la Unión de Trabajadores Técnicos y Plásticos. Rivera también fue uno de los fundadores del Partido Comunista Mexicano. Pintó grandes frescos, sobre la historia y la sociedad de su país en los techos y paredes de edificios públicos. De 1923 a 1926 realizó los murales al fresco de la Secretaría de Educación en la ciudad de México, aunque su obra maestra es La tierra fecunda (1927) para la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, donde representa el desarrollo biológico del hombre y su conquista de la naturaleza. Pintó murales en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca (1930) y en la Secretaría de Salubridad.
La primer compañera y amante reconocida de Diego Rivera fue la artista emigrante rusa Angelina Belloff, con quien procreó un hijo que murió poco después. Tiempo más tarde nació su primera hija, Marika, producto de los amoríos que tuvo con la pintora rusa, Marievna Vorobiev-Stebelsca. La segunda esposa de Diego fue Guadalupe Marín, modelo de sus retratos y con quien se casó en la iglesia de San Miguel de la ciudad de Guadalajara. De esta relación nacieron dos niñas: Guadalupe y Ruth. Asimismo, otra de las musas de Diego fue Tina Moddotti, quien aparece en murales como "La tierra dormida", "Germinación" y "Los frutos de la tierra", entre otros. Mantuvieron una relación amorosa que perduró hasta 1927. El 21 de agosto de 1929, Diego Rivera se casó con Frida Kahlo, 24 años menor que él. Su relación fue muy abierta y extraña, pues ambos se autorizaron a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. En 1940 se divorciaron, pero se volvieron a casar después de un año y esta vez la relación perduró hasta la muerte de ella, en 1954.
Expuso y trabajó en Estados Unidos; su obra allí incluye un mural (1932-1933) para el Instituto de Bellas Artes de Detroit y un fresco, Hombre en la encrucijada (1933), encargado para el nuevo edificio de la RCA en el Rockefeller Center de Nueva York, y destruido poco después de su realización porque contenía, un retrato de Lenin. Un año más tarde, lo reprodujo para el Palacio de Bellas Artes de México. En 1935 terminó los frescos para la escalera monumental del Palacio Nacional de la ciudad de México, con su propia interpretación de la historia de su país. En la década de 1940 Diego Rivera pintó dos grandes murales en el Instituto Nacional de Cardiología (1944), y otro gran mural para el Hotel del Prado, Sueño de la Alameda (1947), de tema histórico-crítico.
Sus últimas obras las realizó en mosaico de piedras naturales, como las del Estadio de la ciudad universitaria de México o el del Teatro Insurgentes. Legó a México una importante colección de estatuillas de diversas culturas indígenas, que instaló en su casa museo, el Anahuacalli, en la ciudad de México.
El 29 de julio de 1955, casi un año después de la muerte de Frida Kahlo, Diego Rivera contrajo matrimonio por cuarta vez, con Emma Hurtado, quien era mucho más joven que él y amiga suya desde hacía 10 años. Ella permaneció a su lado hasta su muerte, ocurrida el 24 de noviembre de 1957 en la Ciudad de México.

Nombre: El Cargador de Flores.
Autor: Diego Rivera.
Año: 1.953.
Material: Oleo sobre Lienzo
Estilo: Surrealismo.

Ubicación: México

domingo, 17 de abril de 2016

José María Gonzalez (Chema) El árbol de las Tres Raices



Llega a Venezuela en el año de 1.985 y desde entonces se radica en Barquisimeto. Su pasión por las artes gráficas lo ubica en la publicidad. oficio en que se inicia su desarrollo como artista.
Cuando decide independizarse comienza un fructífero trabajo con la gigantografía en el desarrollo de carteles de cine, trabajo que lo obliga a perfeccionar, con maestría todas las técnicas expresivas que ofrece la pintura y, es especial la aerografía.
El muralismo lo atrapa desde sus inicios, incluso el maestro Antonio Pavón, reconoce en él aptitudes artísticas  físicas para el desarrollo de esta actividad . Arte figurativo abstracto expresan sus inquietudes concentradas en tres géneros:
Religioso, ecológico e histórico.
Su pasión por la expresión lo impulsa a dominar el arte del fuego, llevando su genio creativo con la aerografía, hasta fundirlo sobre cerámica en hornos, encontrando en esta forma ancestral de expresión, posibilidades de realización para sus obras, y  las de otros artistas.

Nombre: El Árbol de las Tres Raíces.
Autor: José María Gonzalez.
Año: 2.015.
Material: Mural Técnica Aerografía
Medidas: 15 x 18 mts.
Ubicación: UPTAEB. Barquisimeto-Venezuela